Con una decoración de un minimalismo elegante muy del gusto del barrio de Salamanca, aquí se ofrece auténtica cocina mexicana alejada de los tópicos. Tepic, que es el nombre de la capital del estado sureño de Nayarit, nos hace una propuesta con toques meridionales con resonancias mayas: lo más alejado, pues, de ese tex-mex que conocemos con sus tortillas de trigo y sus burritos más o menos texanos… Aquí, junto a ofertas inevitables como el guacamole, reinan el maíz y –dato particularmente notable– los guisos con un sabor más casero y auténtico de lo habitual. El nivel de picante es adecuado y dejan que los más aficionados puedan condimentarse los platos a su gusto con las salsas que están ya sobre la mesa: de pasilla, la más oscura y potente, y de guajillo, además de otras que se pueden elegir, a precio módico, de una lista aneja (de chipotle, de chile ancho…).
Para empezar, algunas de las propuestas menos manidas son las flautas de barbacoa, hechas con carne de cordero desmigada en una tortilla crujiente, o los panuchos yucatecos (tortilla gordita de maíz con queso y guacamole). Entre los platos principales presentan como una especialidad esos tacos de pastor que sirven tantos mexicanos de por aquí. Lo que sucede es que en esta versión, con las tortillas blandas de maíz que cada uno rellena a su gusto, el guiso especiado de cerdo y la piña fresca, la cebolla y el cilantro recién picaditos alcanzan un sabor inhabitualmente auténtico y refrescante. El helado de dulce de cajeta o la mousse con una salsa de mango son postres con los que terminar una comida que nos transporta muy lejos.
Celebra el Día de Muertos
Tepic se suma a la celebración de una de las festividades más antiguas y populares de su país, el Día de Muertos, con un menú especial sólo disponible el sábado 31 de octubre y el domingo 1 de noviembre (a un precio de 35, bebida incluida)
Su chef, la joven poblana Sara Herrera, ofrece cinco platillos tradicionales (bolita de frijol, sopa de tortilla, tostada de tinga de pollo, tamal de cochinita y enmolada)
El postre del menú, elaborado con cacao, es una colaboración especial de la repostera mexicana Elizabeth Vázquez, especialista en chocolate.
El precio del menú incluye un ponche de bienvenida y una bebida más a elegir: entre las opciones, agua de Jamaica o el Margarita con Tequila 8 preparado por el barman Javier Quiñones
