De la mano del chef madrileño Javier Muñoz-Calero, antiguo socio de Azotea Grupo, este restaurante del barrio de Prosperidad, alojado en una antigua fábrica de marroquinería, ofrece una cocina clásica internacional elaborada con productos de temporada, acompañada de una buena selección de vinos.
El local, de unos 700 m2, se divide en dos plantas. El espacio es diáfano, con claraboyas que permiten el paso de la luz natural. A la entrada hay un bar con barra y varias mesas altas y, al fondo, se encuentra la cocina a la vista acristalada. El aforo ronda los 40 comensales. Junto a la cocina vista se encuentra un espacio con una mesa, que puede servir de privado, así como un patio con otra mesa.
La carta es breve, compuesta de platos con sabores tradicionales de las cocinas vasca, catalana, suiza, tailandesa y francesa, entre otras, que irán cambiando. Cuenta con tres menús degustación: Ovillo, Madeja y Tirar del hilo. En la barra se pueden degustar una gran variedad de aperitivos.
Entre los galardones que ha recibido se encuentran 1 sol Repsol, Premio Hostelería de España en la categoría de empresa comprometida con la responsabilidad social y los Mejores Callos del Mundo 2022 y ha sido seleccionado por la Guía Michelin.