Sólo su nombre evoca una de las tradiciones gastronómicas más arraigadas de toda España, la de la localidad burgalesa de Aranda de Duero, famosa por sus lechazos - un cordero lechal que sólo ha probado la leche materna y se sacrifica a los 25 - 30 días de su nacimiento- al horno de leña y su morcilla. Este restaurante, con capacidad para 120 comensales, dispone de cocina abierta todo el día, de una barra para picotear y acepta encargos para llevar.
Aranda también es conocida por sus vinos, con denominación de Origen Ribera del Duero; no en vano es la capital de esta comarca, situada en el sur de la provincia de Burgos. Así, el grupo Asador de Aranda se erige como el mejor embajador por varias ciudades españolas de las raíces culinarias castellanas, centradas en torno a la figura del cordero, que se convierte aquí en una forma de entender la vida.
Su carne, asada a la manera ancestral, o presentada en forma de exquisitas chuletillas de lechal, es acompañada por los mejores caldos tintos de la ribera y de otros platos como los pimientos del piquillo, el amasijo de huevos y ajos tiernos, el jamón y el lomo ibérico y, como no podía ser de otra forma, la morcilla de Burgos, para acabar con los mejores postres caseros de la casa.
Además, ofrece diferentes menús: infantil, para vegetarianos, halal y adaptado a celíacos.
El grupo Asador de Aranda cuenta en Madrid con otros restaurantes en la calle Diego de León, 9; la calle Poeta Joan Maragall, 21 (el restaurante aquí se llama La Tahona); en la Plaza de Castilla, 3; y en la Carretera de la Coruña, km 16 900, en Las Rozas.