Esta ermita, situada en el distrito de Hortaleza, antigua iglesia parroquial de San Juan Evangelista, es la única construcción que se conserva de la antigua villa de Canillas. Se trata de una edificación sencilla y sobria que muestra las características de la arquitectura barroca madrileña del siglo XVII y que contiene pinturas murales de interés histórico y artístico. En 2022 fue declarada Bien de Interés Patrimonial de la Comunidad de Madrid.
La ermita de San Blas destaca por su valor arquitectónico y técnico, tanto en su cabecera como en el cuerpo de naves y elementos añadidos, al tiempo que presenta valores artísticos, culturales e históricos.
A través de los estudios arqueológicos realizados, se detectó la existencia de una primitiva iglesia medieval, probablemente de los siglos XIV o XV, localizando restos de cimientos bajo los arcos de acceso a las capillas de la cabecera.
El edificio actual sería levantado entre las últimas décadas del siglo XVII y durante el siglo XVIII, mostrando una arquitectura sencilla y sobria, dentro de la línea de la arquitectura barroca madrileña del siglo XVII. Se menciona su existencia por primera vez en un documento fechado en 1427. A finales del siglo XVII se realiza una importante reforma en la iglesia, a iniciativa y costa del barón Sebastián de Molinet, VII Señor de Canillas, dando lugar a la nueva construcción, encargada a los Maestros de Obras de la Villa de Madrid Lucas Ruiz de Heredia y Marcos López.
La ermita es un templo de una única nave con dependencias anexas, levantado en ladrillo y mampostería mixta. Se localiza en lo alto de una pequeña colina ajardinada, rodeada por diversas construcciones adosadas que enmascaran su condición de edificación exenta. La construcción del edificio finalizó en el año 1698.