Desconocida para muchos madrileños, esta preciosa capilla situada dentro del Hospital de la Venerable Orden Tercera (el más antiguo en funcionamiento de Madrid), es una auténtica obra de arte, al igual que el hospital en su totalidad, enmarcado en un edificio histórico – artístico que fue construido entre 1679 y 1697 en el solar de las casas del afamado Don Gil Imón de la Mota.
La capilla del hospital, cuya construcción finalizó en torno a 1699, es de planta de cruz latina y una sola nave dividida en tramos, decorada en su interior con entablamiento y cornisa volada. De sus orígenes conserva su fachada barroca, de estructura rectangular, dividida en tres cuerpos y enmarcada en pilastras cóncavas de orden gigante. Cuenta con una cúpula con tambor y pechinas, en las que están representados los escudos de la orden franciscana. El retablo mayor (siglo XVIII), creado por Patricio Rodríguez, discípulo de Ventura Rodríguez, es de estuco imitando mármol. En ella se conservan varias pinturas y esculturas realizadas entre el siglo XVIII y el XIX.
La Venerable Orden Tercera construyó este hospital tras haber terminado la capilla del Cristo de los Dolores, próxima al hospital y a la Basílica de San Francisco el Grande. El edificio se compone de un patio de forma cuadrada y comprende dos plantas y un jardín en la parte posterior. La planta alta tiene una galería con pilares de granito que, en sus orígenes, estuvo abierta y hoy está cubierta por cristaleras. Posee una impresionante escalera de doble rampa con bóvedas decoradas por Teodoro Ardemans y Tomás García, realizadas en 1683. La fachada del edificio goza de gran movimiento, algo poco usual en la arquitectura madrileña.
El hospital destaca por la gran cantidad de obras de arte que atesora en su interior, tanto esculturas, como la del busto de San Francisco de Agustín Querol, o el de Don Juan José de Austria, obra del flamenco Francisco Diesussart, como cuadros de artistas de la talla de Carreño de Miranda, gran retratista de la corte de Carlos II, o Van Dyck, cuyo cuadro Cristo ante la mujer adúltera preside uno de los tramos de la escalera del hospital.
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