Comienza como ultramarinos, según consta en la licencia municipal expedida a nombre de Alejandro Cos. La tienda pasa por varios dueños hasta que, finalmente, pasa a ser propiedad de la familia actual de la mano de Andrés de las Heras.
Andrés llegó a Madrid con trece años, una maleta de madera y muchas ganas de trabajar. Se colocó de dependiente en Casa Pérez y cuando su jefe murió, decidió comprar la tienda y hacerse cargo de ella, pasando a ser Mantequería Andrés.
Actualmente, son los hijos los que despachan todo tipo de producto natural en un local con solera: miel sin adulteraciones, sobaos de Cantabria, conservas artesanas, leche fresca de la sierra de Madrid recogida diariamente, yogures artesanales del País Vasco, naranjas traídas desde Valencia, chocolates de Villajoyosa, etc.