Aeropuertos Liminales

El Espacio Jovellanos acoge del 15 al 22 de enero de 2026 una exposición individual del artista Cosme del Olmo que muestra una serie de fotografías en blanco y negro que descubren la belleza oculta de los aeropuertos.

El artista Cosme del Olmo, después de haber trabajado otros géneros como el cinematográfico (Everywhere, 2021), presenta su incursión en la fotografía, nacida de la experiencia personal de una vida dividida entre países. Este proyecto presenta más de treinta fotografías en blanco y negro tomadas en sus tres años de viajes continuos cuando conoció a fondo estos escenarios de contemplación donde el tiempo se suspende. “Los aeropuertos contemporáneos funcionan como membranas entre vidas posibles, y representan quizás la expresión más pura del tránsito en los tiempos modernos”, afirma el fotógrafo.

La muestra retrata la paradoja de estos no-lugares que, a pesar de su apariencia fría y aséptica, son testigo de emociones humanas intensas como son despedidas, retornos a casa, sueños de nuevos comienzos y, a la vez, son máquinas de deshumanización que reducen cada historia individual a rutinas, números de vuelo y asiento, códigos y siluetas anónimas en movimiento. Sin abandonar la piel de viajero en tránsito, Del Olmo trabaja exclusivamente en blanco y negro, eliminando las distracciones cromáticas para captar esta tensión en espacios diseñados para el flujo continuo.

El proyecto conecta con una vivencia compartida por cualquier viajero: ese instante en el que somos parte de una realidad intermedia, concebida para ser atravesada sin detenerse. Las fotografías de Del Olmo capturan precisamente esa sensación de desplazamiento emocional y físico, revelando la dimensión filosófica y estética de unos espacios funcionales que solemos recorrer sin mirar y que aquí se presentan como escenarios de observación y estudio del desarraigo propio de la modernidad líquida.

De esta manera, el proyecto Aeropuertos Liminales no sólo documenta la arquitectura del tránsito contemporáneo, sino sobre todo el estado psicológico y existencial de los viajeros y trabajadores que habitan, aunque sea por unas horas, estos umbrales entre dos mundos. Una propuesta que transforma la experiencia universal de viajar en un ejercicio de introspección entre lo que dejamos atrás y el lugar hacia donde vamos.