En plena Sierra Norte de la Comunidad de Madrid, se trata de un municipio formado por Patones de Abajo (de más reciente creación) y Patones de Arriba. Éste último es más conocido turísticamente y uno de los enclaves más bonitos de toda la región. Su arquitectura negra de características casas de pizarra y sus calles enlosadas aprovechando las vertientes de la montaña le confieren un halo encantador a este destino del que la leyenda cuenta que se convirtió en un reino independiente en el siglo XVIII y en el que un paseo se vuelve inolvidable.
Antigua ermita – Oficina de turismo
La visita puede empezar en este punto de la localidad creado en 1653 como ermita y un siglo después convertido en iglesia. Aunque hoy está totalmente reformada, conserva una capilla y es interesante adquirir información en su Centro de Iniciativas Turísticas.
Ecomuseo de la pizarra
Una interesante y entretenida manera de recorrer Patones es realizar cualquiera de los dos itinerarios señalizados que conforman este ecomuseo, que es en realidad una propuesta al aire libre para descubrir su arquitectura negra. Uno de los dos itinerarios nos propone un viaje en el tiempo de 200 años por las “Edades de la Arquitectura” y el otro se denomina “Arquitectura de los Alimentos” y nos lleva a descubrir enclaves como bodegas, hornos, etc.
De hecho, en un paseo por Patones de Arriba no sólo veremos sus características casas, sino eras, tinados, lavaderos y fuentes tradicionales…
“Geólogo y arqueólogo por un día”
Así es como podemos sentirnos en Patones gracias al patrimonio de valor geológico y arqueológico con que cuenta. A unos cinco kilómetros del pueblo está el conjunto arqueológico del Yacimiento Dehesa de la Oliva, perfecto para observar cómo eran los restos de una ciudad carpeto-romana e imaginarnos cómo era el día a día de sus habitantes. Además, se organizan dramatizaciones de unos 30 minutos que dan vida a personajes históricos. En este mismo paraje están los restos de la ermita románico-mudéjar Virgen de la Oliva.
Canal de Cabarrús y presa del Pontón de la Oliva
No se queda atrás el interés del patrimonio industrial de Patones. Prueba de ello es este canal con una longitud de 13 kilómetros y cuya construcción data de los siglos XVI al XVIII. De hecho, desde el siglo XVIII la historia de Patones ha estado marcada por la construcción de infraestructuras hidráulicas como la presa del Pontón de la Oliva o la presa de El Atazar que embalsa las aguas del Lozoya.