Desde hace ya semanas, las calles de Madrid están desiertas. La Plaza del Callao, por donde cada año pasean más de 113 millones de personas, apenas recibe algún que otro visitante. El tráfico de vehículos ha descendido casi un 80% en 15 días y los índices de dióxido de nitrógeno, un 55%.
Además, es primavera y nuestros parques, como El Retiro, El Capricho, lucen mil colores que nosotros disfrutaremos virtualmente gracias a la web de turismo.
Sin embargo, por encima de cifras y hechos, hay algo sobresaliente, porque si el pueblo de Madrid es conocido por su generosidad y solidaridad, ahora está demostrando serlo mucho más, en especial el sector turístico MICE. Todos y cada uno de nosotros, en torno al lema #Yomequedoencasa, con nuestras iniciativas de ocio gratuito, de colaboración vecinal, con ese aplauso de las 8PM a nuestros sanitarios y personal esencial, con las iniciativas filantrópicas de empresas -hoteles incluidos- que cada día se van sumando a la lista, hacemos más grande a Madrid y más cierta la afirmación de que somos una ciudad amigable y resiliente.
En la calle, sólo los trabajadores esenciales
Y éstos son básicamente los que nos cuidan en los hospitales, los que velan por la seguridad en toda la ciudad y los que nos proveen de alimentos, medicamentos y en resumen de cualquier comodidad que nos haga más sencillo el paso del tiempo.
Por ejemplo, el mercado central de Madrid, Mercamadrid, que tiene el honor de ser el segundo mercado de pescado del mundo, después de Tokio. Abastece a 12 millones de personas en un radio de 500 kilómetros y, con una plantilla de trabajadores reforzada en estas fechas, garantiza el suministro a supermercados, mercados tradicionales y tiendas de alimentación de cercanía con más de 9 millones de kilos de alimentos al día.
Los niños, en casa, reciben sus clases online con sus profesores habituales. El consumo de datos en España, una de las mejores redes de alta velocidad del mundo, ha aumentado en ocasiones hasta un 40%, con buena parte de los ciudadanos en teletrabajo, más consumos de gaming y Whatsapp y otras herramientas de comunicación entre las que se encuentran aquellas que no sólo nos permiten las reuniones sino también, suplir nuestros aperitivos del fin de semana en las terrazas soleadas del centro por “aperitivos virtuales” desde el balcón de casa.
Preguntamos a Almudena Maíllo, concejal de Turismo del Ayuntamiento, qué paisaje de Madrid elegiría ver desde su ventana, si pudiera, para alojar este “ir de tapas” virtual:
“Elegiría ver el parque del Retiro. Daría un paseo por el barrio de Ibiza y me detendría en alguna de sus magníficas tabernas a tomar un aperitivo/unos boquerones y una caña”.
¿Cuál de los cambios que vemos en estos días en Madrid te gustaría que permaneciesen ya siempre?
«Madrid es una ciudad solidaria. Me quedaría con ese rasgo propio, el ejemplo que tanto el tejido empresarial como los propios ciudadanos están dando estos días complicados. Esa unión te hace sentir orgullosa y debe permanecer siempre”.
Parece que, aunque lejanamente, empezamos a ver resultados en los niveles de contagio y nuestras UCIs hospitalarias comienzan a respirar aliviadas. Queda aún mucho, pero el sistema está respondiendo: el equipo sanitario de la región se ha reforzado en cuestión de días en más de 7.900 profesionales a distintos niveles; a las 11.629 camas del sistema sanitario madrileño, se han sumado 9.000 más en reserva, con iniciativas como la medicalización por iniciativa propia de algunos hoteles y la creación de un hospital, el mayor de España, en dos de los pabellones del recinto ferial IFEMA. Este hospital temporal cuenta ya con 1.300 camas y 96 puestos UCI en 35.000 metros cuadrados ampliables, si fuera necesario hasta los 85.000 metros y las 5.500 camas. Y todo ello, se montó en un tiempo récord, sólo 18 horas.
Nada puede salir bien sin este compromiso de todos, sin el lema que está haciendo popular el video de campaña de Turismo del Ayuntamiento “Juntos nunca hemos perdido”. Como ciudadanos, confiamos en Madrid y podemos estar orgullosos cuando, superada esta crisis, nos reencontremos más fuertes y sabios que nunca. Y si la ciudad pudiera hablar, nos diría llanamente #GraciasMadrid.