Abierto de lunes a domingo -de lunes a jueves, de 18:00 a 20:00 h, acceso gratuito.
Consultar días de cierre por actos oficiales en la web oficial.
Construido en el complejo del Palacio Real de Madrid, como remate de la cornisa que se abre a los jardines del Campo del Moro desde la Plaza de la Armería, este gran museo ofrece un recorrido a través de la historia de la monarquía española y el gusto artístico de cada uno de sus protagonistas, desde los primeros reinados de la Edad Media hasta Juan Carlos I.
El museo es el principal instrumento de proyección de la actividad cultural de Patrimonio Nacional (institución encargada de su gestión) y escenario de la gran riqueza y diversidad de las Colecciones Reales vinculadas a este organismo, convirtiéndose, además, en el elemento vertebrador de la visita al complejo del Palacio Real, permitiendo el acceso al mismo tanto desde la Plaza de la Armería, junto a la Catedral de la Almudena, como desde los jardines del Campo del Moro y Madrid Río.
Los orígenes del museo se remontan a 1935, durante la II República, cuando se inició el proyecto de su construcción. Sin embargo, este intento quedó frustrado por el comienzo de la Guerra Civil en 1936. En 1998, se retoma la idea y se aprueba la construcción del centro, cuyas obras comenzaron en 2006, realizándose en cuatro fases hasta 2015. El edificio, proyectado por Emilio Tuñón Álvarez y Luis Moreno Mansilla, ha sido galardonado con varios premios de arquitectura, destacando el primer premio COAM 2016 y el FAD de arquitectura 2017.
El inmueble tiene una superficie construida total de 40 475 m2 distribuidos en 6 plantas que albergan, entre otros, tres salas de exposiciones con alturas que varían desde los 6 a los 8 metros, sala de recepción de obras de arte, 6 grandes almacenes, despachos, así como espacios destinados a salas técnicas de instalaciones. Su diseño está pensado para lograr el máximo ahorro de energía posible.
De las seis plantas, la -3, situada en el nivel más bajo del edificio, es la más amplia, con más de 3500 m2, seguida de las plantas -2 y -1, de más de 3000 m2 cada una. La planta 0, con 2269 m2, es el área que acoge el acceso principal al museo. Por encima de ella, se encuentran la planta 1 y la planta 2, de menores dimensiones. El museo, por tanto, cuenta con más de 3200 m2 destinados para la exposición permanente y más de 1300 m2 para exposiciones temporales.
El modelo de museo por el que se ha optado es el lineal, con un recorrido principal descendente, que comienza en el acceso situado entre el Palacio Real, la Catedral de la Almudena y el propio museo, para finalizar en la planta -3, a la altura de los jardines del Campo del Moro. Su discurso expositivo estará en permanente transformación: un tercio de las piezas será rotatorio de forma continuada, con lo que la Galería funciona como un gran escaparate de las Colecciones Reales, variando las obras exhibidas de manera que el visitante siempre tendrá algo nuevo por descubrir.
Dispone de dos accesos situados en la Plaza de la Armería (junto al Mirador de la Cornisa, que ofrece unas preciosas vistas de los jardines del Campo del Moro y de la Casa de Campo) y en la Cuesta de la Vega, que cuenta con un espacio de acogida para los visitantes que acudan en grupo con plenas condiciones de accesibilidad universal, y estará conectado directamente con el eje Madrid Río (a través del Túnel de Bonaparte –actualmente cerrado–), la Plaza de España y la Calle Mayor.
El edificio cuenta también con una cafetería y tiendas en la planta 0, a las que se puede acceder gratuitamente, asi como con un espacio para talleres didácticos.
Un recorrido por la Galería
Tras el acceso por la Plaza de la Armería la exposición en la primera sala (planta -1) comienza con los Reyes Católicos. Las colecciones de tapices y de la Real Armería dialogarán con obras de El Bosco, Tiziano, El Greco, Ribera, Velázquez y Caravaggio, entre otros. Los Reales Monasterios como espacios femeninos, de poder y mecenazgo también tienen su protagonismo. Esta planta tiene una ventana privilegiada al origen de Madrid: la muralla del siglo IX descubierta durante la construcción del edificio, que se explica también a través de un audiovisual.
La planta -2 se inicia con los planos del nuevo Palacio Real de Madrid, construido por orden de Felipe V tras el incendio del Alcázar, y finalizará con la maqueta de Tuñón y Mansilla de la Galería de las Colecciones Reales. Los instrumentos musicales, el mobiliario y las artes decorativas conviven con Mengs, Goya, Tiepolo, Paret y Maella. En el último tramo se incluye la fotografía y se explica cómo el Estado asumió a través de Patrimonio nacional, organismo creado en la II República, la conservación de las Colecciones Reales y la apertura de los Reales Sitios al público.
La planta -3 (que también tiene acceso desde el Campo del Moro) se podría definir como la planta del siglo XXI. Allí se ha instalado un cubo inmersivo donde se proyectarán en 360º imágenes de espacios arquitectónicos y naturales de diversos Reales Sitios. En esta planta se ubica también la sala de exposiciones temporales.
Un recibimiento de altura
Los visitantes que accedan a la Galería serán recibidos por cuatro imponentes columnas salomónicas de 6 metros de altura y 600 kilos de peso que Patrimonio ha restaurado para este espacio.
El conjunto perteneció al principal retablo de la desaparecida iglesia del Real Patronato del Hospital Virgen de Montserrat, en el entorno de Antón Martín, en Madrid. Las columnas fueron realizadas entre 1674 y 1678, cuando su uso no estaba generalizado en España, lo que les confiere su importancia para el barroco español porque fueron claves para el desarrollo de este estilo.
Para su realización, el escultor José de Churriguera (1665-1725) siguió el diseño de Francisco de Herrera el Mozo (1627-1685). Las columnas miden 5,65 metros de altura y pesan casi 600 kilos. Cada una está ensamblada con ocho troncos de pinos de los bosques de Valsaín, en Segovia. El fuste retorcido está decorado con hojas de pámpano y racimos de uvas.
La restauración se ha llevado a cabo en la Galería entre finales de 2022 y principios de 2023 y ha revelado el intenso azul lapislázuli que había quedado oculto por los repintes y que es lo que les confiere su singularidad, puesto que en el barroco español lo habitual era ver columnas salomónicas doradas.