Por tercer año consecutivo, la Fundación Casa de México en España presenta, del 21 al 28 de marzo, la intervención de su fachada por motivo del inicio de la primavera con flores naturales resaltando la grandeza de México. Este año la instalación lleva por nombre Quetzalcóatl, la serpiente emplumada y el diseño ha sido realizado por el reconocido diseñador mexicano Ricardo Salas.
Esta intervención representa a la serpiente emplumada Quetzalcóatl, con una paleta de colores en forma de “Pluma/Hoja”, con la posibilidad de jugar con follajes verdes y numerosas texturas de color de flores europeas y mexicanas. Con más de 42 metros de largo, desde el exterior, el público podrá admirar y conocer a la deidad prehispánica que simbolizaba la vida, la luz, la sabiduría, la fertilidad y el conocimiento. Su creación ha supuesto cuatro meses de trabajo y se ha requerido del esfuerzo de más de cincuenta personas para poder materializar este proyecto encabezado por Ricardo Salas.
La serpiente cuenta con cinco diferentes diseños de módulos que forman las escamas del reptil. Cada módulo está elaborado con flores y follaje natural procedente de México, España, Costa Rica, Italia y Holanda. Una gama cromática de verdes, con toques de color que le dan las diferentes flores, se va formando la gran serpiente.
El término Quetzalcóatl (del náhuatl: Quetzalcōātla o Ketsalkōātlb ‘Serpiente de plumas preciosas’‘quetzal-, ‘pluma hermosa’; cōātl, ‘serpiente’’), considerado como «la Serpiente Emplumada», hace referencia a una deidad que representa la dualidad inherente a la condición humana: la «serpiente» es cuerpo físico con sus limitaciones y las «plumas» son los principios espirituales. Otro nombre aplicado a esta deidad es Nahualpiltzintli, «príncipe de los nahuales».
Cada equinoccio, cuando el sol se encuentra sobre el Ecuador y el día dura lo mismo que la noche, la sombra de la serpiente emplumada aparece en la alfarda poniente de la escalinata norte poco antes de la puesta de sol.
La primavera en México ha sido celebrada a través de diversos rituales y objetos a través de distintas culturas prehispánicas. Para los antiguos mayas y aztecas, el quetzal era un animal sagrado, asociado al dios Quetzalcóatl, la serpiente emplumada de la cultura mesoamericana, asociado al planeta Venus y a la creación del ser humano. Su avistamiento además de ser un milagro, era venerado por traer consigo el crecimiento de las flores en primavera. Las plumas de la cola de esta hermosa ave se usaban como moneda de cambio, eran muy valiosas y los más poderosos las llevaban en sus atuendos.