En este restaurante el que primero llega obtiene mesa, puesto que una de las política de la casa (al igual que ocurre en los otros restaurantes de la misma cadena: La finca de Susana, La Gloria de Montera y Public) es que no se hacen reservas de mesa. Conviene por tanto, acudir pronto para lograr mesa puesto que el restaurante se llena prácticamente a diario.
Situado en el pleno corazón de Chueca, se ha convertido en uno de los locales de moda de la capital al ofrecer platos de la cocina internacional, especialmente mediterránea, a precios asequibles. Está dividido en dos luminosas plantas, con una decoración al más puro estilo neoyorquino y un espacio moderno y funcional, en el que se recrea el ambiente en una antigua tienda de ultramarinos.